Hablar de cambios, es sinónimo de estrés en la mayoría de los casos, tanto personas como organizaciones, se centran en una zona de confort y al mencionar «cambios necesarios» se entra en situaciones de crisis, por falta de adaptación y todos los factores emocionales inmersos.
Cambiar o producir cambios en las instituciones (incluso como personas) es una necesidad latente, a la que nos lleva la rapidez de los hechos en los diversos contextos o espacios, es un requerimiento o una demanda organizacional inminente, si queremos mantener el flujo de crecimiento, los niveles de satisfacción interna y por supuesto, con nuestros clientes externos.
Para ello, el ideal (Que poco se da) es que el personal se encuentre preparado para estas oportunidades de cambio, pero como en la mayoría de los casos, la realidad es diferente, cuando llega el momento, se evidencia en los grupos de trabajo, shock, desesperanza y muchos factores internos, completamente emocionales.
Recientemente leí en algún extracto de un libro sin autor visible, que el tema de las emociones en situaciones de gestión de cambio en las organizaciones es importante «Tenerlos en cuenta, saberlos percibir y saber usarlos inteligentemente en nuestro bando, o , por lo menos, para que no actúen en contra de los fines que el proceso de cambio persigue, es básico…»
Manejar emociones, cambios inesperados, implementar estrategias, jugar con las etapas del proceso, trazar metas y objetivos suele verse como algo complicado, pero no lo es del todo, tenemos un ingrediente importantísimo, pero que muchas veces es subestimado, que puede brindarnos tranquilidad y mejor manejo de las situaciones.
Este ingrediente es, la comunicación; esta competencia o habilidad, es buscada o demandada para el personal que lidera grupos de trabajo y directivos para que durante las etapas del cambio, se sepan manejar situaciones y buscar hacer que estos ocurran justo en el momento que se ha planteado deben ocurrir.
Pero ¿Por qué la comunicación ayuda en estos procesos?, un líder o directivo que posee habilidades o competencias comunicacionales desarrolladas, puede manejar situaciones inesperadas, producto de la incertidumbre presente en el grupo, esto puede ayudar a prevenir, incluso a visualizar posibles choques internos, que en realidad son innecesarios y pueden aumentar los niveles de tensión internos.
La práctica de escucha activa y manejo de inteligencia emocional en los líderes (Así como otros factores) permiten llevar con éxito el grupo hacia el cambio y al logro gradual de las metas planteadas a ejecutar. Mantener el flujo comunicacional constante con el grupo, el reconocimiento de los medianos logros y del personal, generan apertura en el entorno, integración del equipo racional y emocionalmente y por ende mayor posibilidad de concreción en lo pautado.
Con estas cortas líneas, invito a aquellas personas que ejercen liderazgo en las organizaciones a considerar incorporar la herramienta de la comunicación, como estrategia dentro de la estrategia de cambio, comunicar durante todas las etapas y procesos para incorporar al grupo en los objetivos y estos a la vez, se sientan reconocidos como parte fundamental de la construcción, y a la vez; invito a fomentar la adaptabilidad como proceso para crecer continuamente y así minimizar riesgos o choques que generen resistencias, de esta manera tendremos equipos de trabajos resilientes y sólidos.
Mónica Sarmiento 